miércoles, 12 de mayo de 2010

La Inmaculada Concepción

Cuando viera su dibujo sobre la Inmaculada Concepción diría lo de siempre, que a ver cuando cambiaba de regalo. Si supiera que le compraba esas estampitas para enderezarlo de una vez. Estaba en plena adolescencia y no pensaba en otra cosa, al menos, regalándole vírgenes y santos esperaba que se le bajara un poco la líbido.

Al entrar en su habitación le vi como sujetaba con una mano a la virgen y la otra, la otra… Desde entonces no soy capaz de mirar a la virgen a la cara.

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