Hubo que reducir un montón de alimentos. Ciertos cereales de desayuno, salchichas, postres, galletas, chucherías y aquí es donde psicológicamente nos afectó más. En el patio del colegio los niños le ofrecían chucherías que él no podía comer y la frase siempre era, "no hijo, tú no puedes". Y es duro decirle a un hijo cuando todos comen que él no puede. Sin embargo, dos años después lo ha aceptado muy bien, en seguida aprendió lo que podía y no podía comer e intentábamos llevar chuches alternativas que sacábamos si todos comían. He escrito este post para animar a los padres que se acaban de enterar de que sus hijos son alérgicos y tienen que decirles la famosa frase para que sepan que lo acaban aceptando y son tan felices como los demás. Además quiero agradecer al colegio Gallego Gorria de Bilbao porque han sido un ejemplo a seguir en este tema y actualmente los 23 alérgicos del colegio pueden comer en el comedor sin problemas su dieta especial y los cumpleaños se celebran con alimentos que pueden comer los alérgicos y no alérgicos. De manera que todos los niños han ido asumiendo que hay niños que no pueden comer ciertos alimentos. Una buena integración de estos niños es lo que hará que lleven una vida totalmente normalizada.
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